Ley de Vivienda Promovida: ¿cómo aprovechar los beneficios fiscales para proyectos inmobiliarios?

Con múltiples exoneraciones impositivas y un fuerte impacto en el desarrollo urbano, la Ley de Vivienda Promovida se consolidó como una herramienta clave para inversores y desarrolladores en todo el país

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Comprar un apartamento bajo la Ley de Vivienda Promovida en una alternativa muy atractiva para quienes buscan una inversión segura. Fuente: Foto de Pedro Slinger en Unsplash

Desde su creación en 2011, la Ley de Vivienda Promovida (Ley N.º 18.795) ha sido una herramienta clave para dinamizar el mercado inmobiliario en Uruguay. A través de importantes beneficios fiscales, esta normativa logró atraer inversiones privadas en todo el país, impulsar nuevas construcciones y generar una transformación urbana que también mejoró la calidad de vida de muchas personas.

La exoneración de impuestos y facilidades financieras convierten la opción de

comprar un apartamento bajo la Ley de Vivienda Promovida

en una alternativa muy atractiva para quienes buscan una inversión segura.

En 2020, se introdujeron cambios que ampliaron su alcance, y hoy, adquirir una unidad construida bajo este régimen representa una gran oportunidad para desarrolladores, inversores y compradores que buscan eficiencia financiera y valor a largo plazo.

¿Qué es la Ley de Vivienda Promovida?

Es una política pública que estimula el desarrollo de nuevos proyectos habitacionales mediante incentivos fiscales. Su objetivo es fomentar la inversión privada en viviendas, diversificar las zonas de desarrollo urbano y facilitar el acceso a la vivienda a precios competitivos. Gracias a este marco legal, muchos barrios de Montevideo y ciudades del interior han experimentado una transformación positiva en términos de infraestructura y oferta habitacional.

¿Cuáles son los beneficios fiscales?

Quienes invierten, desarrollan o adquieren propiedades bajo este régimen acceden a una serie de exoneraciones impositivas que potencian la rentabilidad:

  • Exoneración de IVA en la primera venta: las unidades promovidas están exentas de IVA en su primera transacción, lo que permite ofrecer precios más competitivos.

  • Exoneración del ITP (Impuesto a las Transmisiones Patrimoniales): tanto el comprador como el vendedor no pagan el 2% sobre el valor de catastro en la compraventa inicial.

  • Exoneración de IRPF o IRAE por alquileres durante 10 años: las rentas generadas por el arrendamiento están libres de estos impuestos, lo que aumenta el rendimiento neto de la inversión.

  • Exoneración del Impuesto al Patrimonio por 10 años: durante una década, las propiedades no tributan este impuesto, aliviando la carga fiscal del inversor.

  • Acceso a financiación bancaria de hasta el 85% del valor de la propiedad, lo que facilita el ingreso al mercado incluso con menor capital inicial.

Cambios desde 2020: más flexibilidad, más oportunidades

Las modificaciones introducidas hace algunos años facilitaron aún más el desarrollo de proyectos:

  • Se eliminaron los topes de precio de venta, lo que brinda mayor libertad a los desarrolladores para fijar valores según el mercado.

  • Las exoneraciones varían según el lugar, pero en áreas como las zonas 1 y 3 de Montevideo y en todo el interior del país, los beneficios pueden llegar al 100%.

  • Más diversidad tipológica: ahora se permite construir libremente monoambientes, viviendas de 1, 2 y 3 dormitorios, sin necesidad de que el 50% del proyecto esté compuesto por unidades de dos dormitorios.

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La Ley de Vivienda Promovida es una política pública que estimula el desarrollo de nuevos proyectos habitacionales mediante incentivos fiscales. Fuente: Foto de Jakub Pabis en Unsplash

El impacto en Maldonado: una muestra del potencial de la ley

Según un análisis de la consultora Moebius, la aplicación de esta ley ha generado una verdadera transformación en el mercado inmobiliario uruguayo. Desde 2011, se ha registrado un fuerte crecimiento en la cantidad de proyectos, la inversión y la diversificación de zonas, especialmente en el interior del país.

En

Maldonado

, por ejemplo, entre 2011 y 2023 se desarrollaron 86 proyectos de vivienda promovida, que suman 2.476 unidades. Esto representó una inversión de más de 237 millones de dólares, equivalente a más de 52 mil dólares diarios inyectados en la economía local. En lo que va de 2024, los datos indican una inversión promedio de 79 mil dólares diarios, con nueve proyectos en curso que implican 149 viviendas y una inversión total superior a los 14 millones de dólares.

El valor del metro cuadrado en este tipo de proyectos también ha evolucionado: de US$ 1.376 en 2021, el precio promedio pasó a US$ 2.948 en 2024, evidenciando una clara valorización del producto. Según los indicadores relevados por la herramienta INMOVIN (desarrollada por Moebius), los valores promedio por tipología en Maldonado a julio de 2024 eran:

  • Monoambientes: US$ 114.420 (36 m² aprox., US$ 3.166/m²)

  • 1 dormitorio: US$ 142.869 (48 m² aprox., US$ 2.926/m²)

  • 2 dormitorios: US$ 196.378 (71 m² aprox., US$ 2.753/m²)

En términos proporcionales, Maldonado representa cerca del 6% de los proyectos y unidades construidas bajo el régimen de vivienda promovida, con una nueva vivienda cada 77 habitantes y un nuevo desarrollo iniciado cada 52 días.

Además de los beneficios fiscales y el crecimiento destacado en zonas como Maldonado, la Ley de Vivienda Promovida contribuye a promover un desarrollo urbano más equilibrado y sostenible. Incentiva la construcción de viviendas accesibles y diversifica la oferta inmobiliaria, favoreciendo la inclusión social y mejorando la calidad de vida en diferentes comunidades del país.

¿Cómo acceder a los beneficios?

Para que un desarrollo inmobiliario sea considerado como vivienda promovida, el proyecto debe presentarse ante la Agencia Nacional de Vivienda (ANV), que actúa como organismo evaluador. Allí se deben cumplir ciertos requisitos técnicos, urbanísticos y sociales establecidos por la ley y su reglamentación.

La presentación incluye documentación sobre el diseño arquitectónico, ubicación del predio, costos estimados y tipologías de unidades, entre otros elementos. Si la ANV aprueba el proyecto, se le otorga el certificado de vivienda promovida, habilitando así a los inversores y compradores a acceder a todos los beneficios fiscales. Según el MVOT, este proceso también contempla un análisis de impacto urbanístico y de integración con el entorno, con el fin de garantizar que las viviendas aporten al desarrollo sostenible de cada zona.

Una oportunidad en crecimiento

Con un déficit habitacional aún presente en muchas zonas del país, especialmente en el interior, el régimen de vivienda promovida no solo responde a una necesidad real de hogares, sino que también representa una herramienta estratégica para dinamizar la economía y transformar ciudades.

A medida que Uruguay avanza hacia un modelo de desarrollo más sustentable e inclusivo, esta ley se posiciona como una política clave para promover ciudades más integradas, con mayor equidad territorial y mejor infraestructura. Para desarrolladores e inversores que buscan oportunidades con proyección a largo plazo, la vivienda promovida ofrece un esquema robusto, rentable y alineado con los desafíos urbanos actuales.

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Autor: Inés Soler