Las cremas para escaras son esenciales para tratar y prevenir úlceras por presión, comunes en personas con movilidad reducida, edad avanzada o en recuperación postoperatoria. En esta nota te contamos paso a paso cómo aplicarlas correctamente para favorecer la curación y mejorar el bienestar general.
Aunque parezcan leves, las escaras pueden agravarse si no se atienden a tiempo. Por eso, aprender a tratarlas con los cuidados adecuados es clave para evitar infecciones y acelerar la regeneración de la piel.

Persona aplicando crema a un bebé
¿Por qué es importante tratar bien una escara?
Una escara empieza como una simple irritación en la piel, pero con el tiempo puede convertirse en una herida profunda. Estas lesiones se forman por la presión constante en zonas como los talones, los glúteos o la espalda baja. Cuando la circulación se ve comprometida en esas áreas, la piel comienza a dañarse.
Si no se interviene a tiempo, se puede abrir la piel y dejar expuesta la zona, facilitando la entrada de bacterias. La aplicación de una crema específica ayuda a proteger la herida, reducir el dolor y acelerar el proceso de recuperación.
Además, mantiene la piel hidratada y crea una barrera frente a posibles infecciones. Existen opciones formuladas especialmente para estas lesiones que podés conseguir en Mercado Libre, con ingredientes como óxido de zinc, miel de manuka o ácido hialurónico.
¿Qué tener a mano antes de empezar con su aplicación?
Antes de aplicar cualquier producto, hay que preparar el entorno. Lo ideal es hacerlo en un lugar limpio, bien iluminado y con todos los elementos necesarios al alcance. Lo primero es contar con una crema adecuada: hoy en día se pueden conseguir varias opciones con componentes activos como óxido de zinc, ácido hialurónico, alantoína o aloe vera, todos conocidos por sus efectos cicatrizantes y calmantes.
También vas a necesitar agua tibia, jabón neutro, una toalla limpia y guantes descartables. Todo debe estar pensado para evitar la contaminación del área afectada y hacer que el proceso sea lo menos molesto posible para quien recibe el tratamiento.
Es recomendable también tener a mano gasas estériles por si necesitás cubrir la zona después de aplicar la crema, o un recipiente pequeño para colocar el agua tibia si no se va a realizar la limpieza directamente en la ducha o con acceso a la canilla.
¿Cómo preparar la piel antes de aplicar la crema para escaras?
Este es uno de los pasos más importantes. La zona donde se encuentra la escara debe estar completamente limpia y seca para que los principios activos de la crema funcionen correctamente.
Primero, se limpia la piel con agua y un jabón suave. Es clave que el jabón no contenga perfumes ni alcohol, ya que podría irritar aún más la piel. Lo mejor es usar una gasa o paño suave, evitando frotar con fuerza. Si hay restos de secreciones o costras, se pueden remover con mucha suavidad, sin forzar.
Una vez limpia, la piel debe secarse con toques suaves, sin fricción. El uso de una toalla de algodón limpia es ideal. Es importante no dejar la zona húmeda, porque la humedad favorece la aparición de hongos o infecciones.
En este punto también es clave observar el aspecto de la herida: si hay cambios bruscos, como un aumento del tamaño, enrojecimiento más intenso o secreción, lo mejor es suspender la aplicación y consultar.

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Aplicación de la crema: técnica y frecuencia
Con la piel limpia y seca, llega el momento de aplicar la crema. Usá una pequeña cantidad de producto y extendela con movimientos suaves, cubriendo toda la superficie de la escara y su contorno. Lo recomendable es hacerlo con guantes descartables, no solo por higiene, sino también para evitar que el producto entre en contacto con otras zonas o se contamine.
No hay que saturar la piel con crema: Una capa fina y uniforme es más efectiva que una aplicación exagerada. Además, si el producto es muy espeso, conviene calentarlo apenas con las manos antes de aplicarlo para facilitar su absorción.
En cuanto a la frecuencia, puede variar. En casos leves, puede ser suficiente una vez al día, pero en escaras más avanzadas es común que se recomiende aplicar la crema entre dos y tres veces por jornada. Siempre es buena idea seguir las indicaciones del prospecto o consultar con un profesional de la salud.
Después de aplicar la crema, se puede colocar una gasa que permita la ventilación de la zona. Esto ayuda a proteger la herida sin que se genere exceso de humedad. Lo importante es evitar taparla por completo con materiales que no respiren.
¿Qué más se puede hacer para prevenir y acompañar el tratamiento?
Además del tratamiento con cremas, hay medidas complementarias que ayudan mucho en la prevención y el manejo de las escaras. Cambiar de posición cada dos o tres horas es fundamental. Esto permite que otras zonas del cuerpo descansen y que la circulación mejore.
Existen almohadones especiales, colchones anti escaras y soportes diseñados para reducir la presión en zonas sensibles. En Mercado Libre Uruguay se pueden encontrar modelos de colchones con celdas de aire alternantes que reparten el peso corporal de manera uniforme. También hay cojines ortopédicos, ideales para quienes pasan muchas horas sentados.
Una alimentación adecuada también influye. Las proteínas, las vitaminas A, C y E, y el zinc son nutrientes que favorecen la regeneración de la piel. Si bien no reemplazan el tratamiento, pueden potenciar su efecto.
Incluir frutas, verduras frescas, frutos secos y proteínas magras en la dieta diaria es un paso simple que puede ayudar mucho. Usar cremas humectantes en todo el cuerpo, especialmente en las zonas que no están lesionadas pero están en riesgo, puede ayudar a fortalecer la barrera cutánea.
¿Cuándo buscar ayuda médica?
Aunque las cremas son efectivas para tratar escaras en fases iniciales, no siempre son suficientes. Si la herida no mejora en unos días, se agranda o duele más que antes, es necesario consultar a un profesional. También si hay fiebre, hinchazón o secreciones con mal olor.
Muchas veces, las escaras requieren un abordaje multidisciplinario: médicos, enfermeros, kinesiólogos y nutricionistas pueden intervenir para garantizar una recuperación integral.
También es común que en algunos casos se indique el uso de apósitos especiales con hidrogel, plata o colágeno, que pueden encontrarse en plataformas como Mercado Libre. Estos productos no reemplazan la crema, pero pueden funcionar como complemento bajo supervisión médica.

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Constancia y observación diaria, la mejor cura
Una de las cosas más importantes que podés hacer es mantener la rutina. Las escaras no se curan de un día para otro. Requieren constancia, atención diaria y mucho cuidado en cada paso. Saltarse un lavado, dejar pasar una aplicación o ignorar signos de alarma puede demorar la curación o empeorar la situación.
También es importante prestar atención al bienestar general de la persona. El descanso, la higiene personal, la alimentación y el estado emocional influyen directamente en el tiempo de recuperación. Estar atentos a cómo se siente, si hay molestias nuevas o si se notan cambios en la actitud, también forma parte del cuidado integral.
Tratar una escara en casa no es imposible. Con los productos adecuados, el conocimiento necesario y un poco de paciencia, muchas personas logran manejar estas lesiones sin necesidad de internaciones ni tratamientos invasivos. Lo esencial es actuar rápido, ser constantes y no subestimar los pequeños cambios que pueden aparecer.




















